martes, 31 de enero de 2012

PALABRAS PARA LA PAZ III

Hoy he dado mi firma para la Paz

Hoy he dado mi firma para la Paz.
Bajo los altos árboles de la Alameda
y a una joven con ojos de esperanza.
Junto a ella otras jóvenes pedían más firmas
y aquella hora fue como una encendida patria
de amor al amor, de gracia por la gracia,
de una luz a otra luz.
Hoy he dado mi firma para la Paz.
Y conmigo, en cien países, cien millones de firmas,
cien orquestas del mundo, una sinfonía universal,
un solo canto por la Paz en el mundo.
Hoy no he firmado el poema ni los pequeños artículos,
ni el documento que te esclaviza,
no he firmado la carta que no siente
ni el mensaje que durará un segundo.
Hoy he dado mi firma para la Paz.
Para que el tiempo no se detenga,
para que el sueño no se inmovilice,
para que la sonrisa sea alta y clara,
para que una mujer aprenda a ver crecer a su hijo
y las pupilas del hijo vean cómo su madre es cada día más joven.
Hoy he dado una firma, la mía, para la Paz.
Un mar de firmas que ahogan y aturden
al industrial y al político de la guerra.
Una gigantesca oleada de gigantescas firmas:
la temblorosa del niño que apenas balbucea la palabra,
la que es una rosa de llanto de la madre,
la firma de humildad -la firma del poeta.
Hoy he elevado en una el número mundial de firmas por la Paz.
Y estoy contento como un adolescente enamorado,
como un árbol de pie,
como el inagotable manantial
y como el río con su canción de soberbios cristales.
Hoy parece que no he hecho nada
y, sin embargo, he dado mi firma para la Paz.
La joven me sonrió y en sus labios había una paloma viva,
y me dio las gracias con sus ojos de esperanza
y yo seguí mi camino en busca de un libro para mis hijos.
Pues ahí estaba mi firma, precisa y diáfana,
al pie del Llamamiento de Berlín.
Parece que no he hecho nada
y, sin embargo, creo haber multiplicado mi vida
y multiplicado los más sanos deseos.
Hoy he dado mi firma para la Paz.

Efraín Huerta

lunes, 30 de enero de 2012

PALABRAS PARA LA PAZ II

Cuando nace un hombre...

Cuando nace un hombre
siempre es amanecer aunque en la alcoba
la noche pinte negros cristales.

Cuando nace un hombre
hay un olor a pan recién cocido
por los pasillos de la casa;
en las paredes, los paisajes
huelen a mar y a hierba fresca
y los abuelos del retrato
vuelven la cara y se sonríen.

Cuando nace un hombre
florecen rosas imprevistas
en el jarrón de la consola
y aquellos pájaros bordados
en los cojines de la sala
silban y cantan como locos.

Cuando nace un hombre
todos los muertos de su sangre
llegan a verle y se comprueban
en el contorno de su boca.

Cuando nace un hombre
hay una estrella detenida
al mismo borde del tejado
y en un lejano monte o risco
brota un hilillo de agua nueva.

Cuando nace un hombre
todas las madres de este mundo
sienten calor en su regazo
y hasta los labios de las vírgenes
llega un sabor a miel y a beso.

Cuando nace un hombre
de los varones brotan chispas,
los viejos ponen ojos graves
y los muchachos atestiguan
el fuego alegre de sus venas.

Cuando nace un hombre
todos tenemos un hermano.

ÁNGELA FIGUERA AYMERICH

domingo, 29 de enero de 2012

PALABRAS PARA LA PAZ I

No quiero

No quiero
que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.

No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.

No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.

No quiero
que el labriego trabaje sin agua
que el marino navegue sin brújula,
que en la fábrica no haya azucenas,
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.

No quiero
que las madres no tengan perfumes,
que las mozas no tengan amores,
que los padres no tengan tabaco,
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.

No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.

No quiero
que mi hijo desfile,
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro;
que jamás se disparen fusiles
que jamás se fabriquen fusiles.

No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
que decreten lo que es poesía.

No quiero amar en secreto,
llorar en secreto
cantar en secreto.

No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO...

ÁNGELA FIGUERA (España 1902/1984)

miércoles, 25 de enero de 2012

miércoles, 11 de enero de 2012

`solo´ con tilde o sin tilde

Inauguramos contenidos en esta etiqueta con la cuestión de la acentuación o no de la palabra "solo". Tras el V Congreso de la Lengua Española en el 2010,
Alberto Bustos en su Blog de Lengua Española dice:


"`Solo’ con tilde o sin tilde

Solo no se acentúa. Desde la publicación de la Ortografía de la lengua española de 2010 es indiferente si se trata de un adverbio o de un adjetivo. Solo no se acentúa, insisto.

Existía una antigua regla de acentuación por la que se podía utilizar la tilde diacrítica para evitar posibles ambigüedades. Quien esté empeñado en ello puede seguir aplicándola, pero se desaconseja. La tienes explicada abajo, pero te adentras en ese territorio bajo tu propia responsabilidad. Puede dar pie a errores. Luego no digas que no te lo advirtieron.

Versión antigua de las reglas de acentuación de solo:

En el 95% de los casos lo correcto es escribir solo sin tilde. Desde que las Academias publicaron la nueva versión de la Ortografía de la lengua española en 1999, esta palabra pasó a acentuarse según las normas generales. Es decir, no lleva tilde por ser una palabra llana acabada en vocal. Hay una excepción, pero para explicarla antes tenemos que aclarar que hay dos solos diferentes.

El primero es un adjetivo y nunca se acentúa:

Mariano se quedó solo (‘sin compañía’)

El segundo es un adverbio que equivale a solamente:

Solo tengo 50 euros para llegar a fin de mes

Antes era obligatorio acentuar el segundo. Con la última reforma ortográfica, ya tampoco se acentúa.

¿Y cuál es la excepción? Es obligatorio acentuar solo en su uso adverbial cuando el no hacerlo da lugar a ambigüedad, por ejemplo:

1. Ramiro sólo fue capaz de hacer una pizza
2. Ramiro solo fue capaz de hacer una pizza

Estas dos oraciones se interpretan así:

1′. Ramiro solamente fue capaz de hacer una pizza
2′. Ramiro fue capaz de hacer una pizza él solito

Pero es que en estos casos lo mejor es no depender de una simple tilde. Lo que hay que hacer es redactar de forma más clara, como en las dos paráfrasis de arriba (1′ y 2′).

Así que, como norma general, escribir ‘solo’ con tilde solo puede servir para meter la pata."

[Blog de Lengua Española de Alberto Bustos, Solo con tilde o sin tilde]

CITA TEXTUAL DEL BLOG DE LENGUA ESPAÑOLA DE ALBERTO BUSTOS
Inauguramos contenidos en esta etiqueta con la cuestión de la acentuación o no de la palabra "solo". Tras el V Congreso de la Lengua Española en el 2010,
Alberto Bustos en su Blog de Lengua Española dice:


"`Solo’ con tilde o sin tilde

Solo no se acentúa. Desde la publicación de la Ortografía de la lengua española de 2010 es indiferente si se trata de un adverbio o de un adjetivo. Solo no se acentúa, insisto.

Existía una antigua regla de acentuación por la que se podía utilizar la tilde diacrítica para evitar posibles ambigüedades. Quien esté empeñado en ello puede seguir aplicándola, pero se desaconseja. La tienes explicada abajo, pero te adentras en ese territorio bajo tu propia responsabilidad. Puede dar pie a errores. Luego no digas que no te lo advirtieron.

Versión antigua de las reglas de acentuación de solo:

En el 95% de los casos lo correcto es escribir solo sin tilde. Desde que las Academias publicaron la nueva versión de la Ortografía de la lengua española en 1999, esta palabra pasó a acentuarse según las normas generales. Es decir, no lleva tilde por ser una palabra llana acabada en vocal. Hay una excepción, pero para explicarla antes tenemos que aclarar que hay dos solos diferentes.

El primero es un adjetivo y nunca se acentúa:

Mariano se quedó solo (‘sin compañía’)

El segundo es un adverbio que equivale a solamente:

Solo tengo 50 euros para llegar a fin de mes

Antes era obligatorio acentuar el segundo. Con la última reforma ortográfica, ya tampoco se acentúa.

¿Y cuál es la excepción? Es obligatorio acentuar solo en su uso adverbial cuando el no hacerlo da lugar a ambigüedad, por ejemplo:

1. Ramiro sólo fue capaz de hacer una pizza
2. Ramiro solo fue capaz de hacer una pizza

Estas dos oraciones se interpretan así:

1′. Ramiro solamente fue capaz de hacer una pizza
2′. Ramiro fue capaz de hacer una pizza él solito

Pero es que en estos casos lo mejor es no depender de una simple tilde. Lo que hay que hacer es redactar de forma más clara, como en las dos paráfrasis de arriba (1′ y 2′).

Así que, como norma general, escribir ‘solo’ con tilde solo puede servir para meter la pata."

[Blog de Lengua Española de Alberto Bustos, Solo con tilde o sin tilde]

CITA TEXTUAL DEL BLOG DE LENGUA ESPAÑOLA DE ALBERTO BUSTOS